Muchas empresas, no se han dado cuenta que el talento, sus empleados o recursos humanos, han cambiado. La pandemia, la transformación digital y energética, han modificado sus motivaciones, compromiso y, en definitiva, la forma de ser y estar en el mundo. La sociedad, las personas, empleados y clientes, exigimos rapidez, innovación constante, nuevas metas y propósitos. Y algunas las empresas…siguen con el discurso tradicional.
¿que se tiene que hacer para atraer y mantener al mejor talento? Lo sabemos, no son grandes teorías de liderazgo, sino esos básicos que siempre se nos olvidan, y el principal es hacer que cada persona se sienta integrado y valorado, y, sobre todo, sus motivaciones, según la generación, el género, y todo esto en un contexto de cambio muy rápido.
Vivimos inmersos dentro de una transformación digital, que, aunque ya venía de antes, la pandemia la impactó sin orden ni concierto. Es necesaria una reflexión de qué significa la tecnología en el mundo del trabajo.
Algunas cifras son importantes, en España, a finales del año 2019, solo un 30% de las pymes tenían página web. Eso no era la transformación digital.
Y los niveles de implantación de políticas de teletrabajo se mostraban muy inferiores a otros países europeos. Los jóvenes, millenials, centenials o generación z, tienen unas características basadas en las anteriores certezas que les hace replantearse a las empresas su estrategia de “esto siempre se ha hecho así y funciona” a innovar en la gestión del talento.
Es necesario eliminar un tatuaje de muchos directivos y se llama “esto se ha hecho siempre así y, además, funciona”. Ha llegado la hora para recursos humanos de avivar y ejercitar el entendimiento de las nuevas necesidades de los potenciales empleados. Jefes, liderazgo, cultura, tres palabras bajo las que se esconde todo lo que está sucediendo con el talento en las empresas.
Ha llegado la oportunidad para recursos humanos de reflexionar sobre el modelo de trabajo que queremos para atraer y fidelizar al mejor talento, más allá de los corsés de leyes, políticas y procedimientos, que estrangulan las iniciativas por la falta de personalización y flexibilidad. Las empresas tienen que estar dispuestas a cambiar, que aún siendo complejo solo se basa en el estilo de liderazgo y la cultura.
Aprender a deshacerse del pasado es muy difícil, aferrarse al pasado, a lo que conocíamos, a lo que sabíamos cómo cierto, ya no es sostenible. Ni siquiera nos sirve para un corto plazo, así que como para pensar a medio o largo. Las circunstancias cambian rápido. Recursos humanos sabe que abordar nuevas batallas no es fácil, ni cómodo, ni necesario. Pero no queda otra. Necesitamos el mejor talento, y para atraerlo solo se puede hacer siguiendo las certezas sobre el futuro del trabajo.
Liderar consiste en abordar la incertidumbre con las herramientas del conocimiento, pensamiento crítico y, sobre todo, la capacidad para pensar que el éxito no reside en el pasado sino en el presente por muy incierto que sea.
Que no te distraigan los algoritmos de la inteligencia artificial, tenemos la enorme responsabilidad de identificar al mejor talento, y eso solo lo haremos con un estilo de liderazgo transparente, coherente, ejemplar, innovador y creativo.
Solo cuestionando las directrices del pasado encontraremos el puerto para atraerlos y fidelizarlos.