Queen es para mí una de las bandas más icónicas e influyentes en la historia de la música. Su gran versatilidad que abarca una amplia variedad de géneros musicales desde sus inicios, la habilidad técnica de sus componentes, y sus canciones, icónicas y cargadas de mensajes perdurarán en el tiempo inspirando a futuras generaciones. Sus miembros, auténticos ídolos para sus seguidores han marcado tendencias más allá de la música en multitud de campos.
Los nombres de Queen y Freddie Mercury estarán unidos para siempre y vista la trayectoria del grupo no es para menos. Freddie fue su voz principal durante muchos años y sus melodías llevaron al grupo a cotas de popularidad quizás inimaginables para ellos mismos en sus inicios.
Pero, con permiso de Freddie, cabe decir que algunos de los grandes éxitos de Queen, lo fueron, entre otros, también gracias a Brian May. Su impronta aparece en infinidad de temas del grupo, también en I Want it all, una canción que me gusta desde siempre y de la que él es compositor. Para mí, la canción refleja en su letra una actitud decidida y valiente que al escucharla nos alienta a perseguir nuestros objetivos vitales y no conformarnos con menos.
En la actualidad, esta actitud se percibe claramente en los hábitos de consumo presentes en nuestra sociedad. Los avances tecnológicos que acumulamos en las últimas décadas han dado lugar rápidamente a generaciones cada vez más informadas y empáticas, con grandes expectativas respecto a lo que las marcas deben comunicarles. Buscan contenidos auténticos, y experiencias que les hagan sentirse bien, sentirse importantes. Sienten, en definitiva, la llamada del futuro con toda su fuerza, y quieren soluciones aquí y ahora. Esa sofisticación en los hábitos de consumo, en comparación con generaciones anteriores como resultado entre otras cosas, de la aparición de las redes sociales, obliga cada vez más a las compañías a replantear sus estrategias de marketing de una manera radicalmente diferente a como venían haciendo anteriormente.
Y todo ello afecta de lleno, a la cadena de valor del cliente, comenzando por el marketing, donde hoy las compañías invierten intensamente en estrategias personalizadas para interactuar con sus potenciales clientes cada vez más expertos en lo digital.
El reto, en este continuo proceso de cambio en el que nos movemos, está hoy en crear ecosistemas colaborativos, que se desarrollan en la llamada capa de experiencia digital donde cada miembro “coo-pite” con el resto de los actores en ofrecer sus productos mientras mejora la experiencia del cliente. Y esto tiene lugar también en sectores como el seguro donde el esfuerzo para diferenciarse de la competencia es mucho mayor que antes por lo que es necesario encontrar nuevas formas de colaborar con los clientes, ayudándoles a crecer sus negocios creando nuevos productos de protección para sus clientes finales, que cubran potenciales riesgos no protegidos. Y esto, porque los seguros evolucionan y lo hacen al mismo paso que nuestra sociedad.
Fruto de ese enfoque, siempre en modo constante de desarrollo y reinvención, aparecen modelos como el seguro integrado, embedded insurance, que tiene como objeto integrar una propuesta de seguro dentro de transacciones digitales en una web/app para adquirir productos o servicios no relacionados directamente con el mundo asegurador.
Este enfoque se alinea claramente con tendencias como las que antes comentamos, que demandan experiencias personalizadas, donde los consumidores esperan de las marcas diferentes propuestas y donde ofrecer protección y tranquilidad en el momento adecuado puede mejorar la lealtad del cliente.
Lo quiero todo y lo quiero ahora, es un mantra que refleja claramente algunas de las fortalezas del modelo embedded, ya que ofrece en el lugar y momento adecuados lo que puede ser relevante para los clientes cuando más lo necesiten.
Partiendo de esa base, los beneficios de los seguros integrados son evidentes para todos los actores en la cadena de valor de cada sector.
Las marcas pueden acceder a modelos flexibles que respalden una nueva experiencia de cliente ofreciendo un seguro que está perfectamente alineado con sus productos o servicios, ayudando a diferenciar su marca en el mercado, mientras mejoran su modelo de negocio incorporando nuevas fuentes de ingresos recurrentes.
En paralelo, a través de modelos de seguros embebidos, los clientes finales tienen acceso a soluciones de protección, sencillas y asequibles siempre presentes en los momentos en los que más se necesitan.
De igual manera, a través de este modelo las compañías de seguros pueden llegar a colectivos amplios que generen fuentes de ingresos adicionales y que ayuden a mejorar los modelos de suscripción mientras incorporan a sus organizaciones nuevo personal con otras capacidades, para desarrollar nuevos modelos de negocio con una fuerte base tecnológica.
Por otro lado sus inversores, también pueden percibir las bondades de este modelo porque con un número creciente de nativos digitales y con clientes cada vez más cómodos con la adquisición de seguros por el canal digital, acceder a una nueva forma de innovar y crecer con nuevos modelos de negocio donde la rentabilidad es clara es una buena manera de capturar valor a través de la inversión, mientras se refuerza con ella el Core de la compañía sin renunciar a modelos que ya existen y se abraza el futuro incorporando la omniexperiencia en su planteamiento estratégico.
Todo ello sin olvidar la administración pública y en general la sociedad porque, como con cualquier tipo de seguro, y también con los seguros embebidos, al contar con coberturas, las personas y las empresas pueden hacer frente a sus propias necesidades con independencia de la existencia o no de recursos públicos para ello, contribuyendo a cerrar la brecha de protección de seguros aún presente en múltiples campos del panorama económico mundial.
Por último, como tendencia clave en la industria aseguradora, este nuevo enfoque en la distribución de seguros cuenta con un amplio ámbito de aplicación en múltiples sectores de nuestra economía. Los seguros integrados, están ya presentes en sectores tan importantes como el retail y telco pasando por los viajes y el lujo, y las tendencias indican que su peso será aún más relevante en los próximos años.
Pensar en grande, pero comenzar poco a poco, aprender rápido y crecer mientras uno se enfoca en identificar y comprender las necesidades del cliente y corregir sus puntos de dolor en su experiencia digital, seleccionando los productos de seguro que mejor se alineen con el producto a asegurar, puede ser un buen enfoque de inicio para tener éxito en proyectos de este tipo. Persistencia, insistencia y trabajo en equipo en interno y con los partners, son también ingredientes básicos para que proyectos como este salgan adelante.
Y si no, que se lo pregunten a Queen, quienes, ignorados por la prensa en sus inicios, con innovación presente siempre en sus trabajos y con su tenacidad y buen hacer, pasaron de contar con seis asistentes en su primer concierto a conseguir que uno de sus grandes éxitos, Bohemian Rapsody, combinando rock y opera, fuera el primer tema creado antes de los 90 en lograr mil millones de reproducciones en YouTube, cuarenta y cinco años después. Ahí es nada.
Porque la música y los seguros, diferentes en su concepto, pero ambos bien elegidos, siempre pueden ayudarte en el momento en que más lo necesitas.