El mes de setiembre es para muchas personas el inicio del año, coincide con el año escolar y a menudo dependiendo del año fiscal de la empresa, es el mes donde se empieza a perfilar el presupuesto del año siguiente.
Personalmente, me ha dado siempre una pereza brutal. Cuando se empieza a comentar, pienso: “¿otra vez? ¡Pero si parece que lo cerramos ayer! 😊
La verdad es que con pereza o sin ella, es un ejercicio que bien ejecutado guarda el poder de crear cosas nuevas, invertir, innovar y medir. Porque si bien recordamos a menudo, que la única forma de hacer algo es bloquear tiempo en la agenda y respetarlo; nada nos acerca más al éxito de un proyecto que reservar el dinero para costear los recursos necesarios para llevarlo a cabo.
A menudo, veo en muchas empresas el lanzamiento de proyectos que no están presupuestados. Lógicamente, la puesta en marcha y el desarrollo requiere recursos. Los recursos son el tiempo de dedicación de personas, el conocimiento especializado, el espacio de trabajo y las herramientas necesarias. El hecho que no se hayan presupuestado, significa que si no se destina el dinero de otro cajón para pagarlos (quizás haya una bolsa de proyectos no definidos, o de por si acasos) algunos de los recursos que se necesitan para el proyecto o no existirán o saldrán de la reutilización de recursos de otros proyectos.
Esto último es peligroso. Cuantas veces no habremos escuchado: “vamos a hacer un piloto, y después de un tiempo, según el resultado, ya iremos viendo”. Esto, lamento el spoiler, suele salir mal. No quiere decir que no haya ejemplos exitosos, por supuesto, nunca olvidemos el poder del esfuerzo de muchas personas que ponen todo de su parte para que funcione. Pero no, no suele salir bien, y cuando sale, el coste personal es muy elevado.
En todo plan, por más finamente que se haya organizado, hay un riesgo. Es lo que tiene invertir, tienes que asumir que aún con todos los medios puede salir mal o más lento de lo esperado (esta es otra, ¿podemos por favor, dar el tiempo imprescindible para testar las cosas?). Ya nos gustaría tener una bola de cristal para ver el futuro y garantizar que todo saldrá bien. Por desgracia no funciona de este modo, así que no nos queda otra que planificar correctamente, es decir, recopilando toda la información posible y confiar en los expertos de nuestra empresa, su conocimiento y experiencia. Y sí, darles todo lo que necesiten y merecen para llevarlo a cabo.
El presupuesto, por si teníais alguna duda, es la expresión final y más importante de la visibilidad.
Lo que está presupuestado es importante. No solemos darle valor a aquello que es gratuito. Nos permite además comparar año tras año, nos empuja a ser conscientes del gasto, a buscar y exigir resultados.
Si no me creéis, dejadme que os lo ilustre con un ejemplo muy reciente: la flamante victoria de la selección femenina española en el mundial de futbol 2023.
Si os habéis ido informando durante las últimas semanas en fuentes diversas de información acerca del campeonato del mundo de futbol femenino, habréis podido encontrar en muchas ocasiones la denuncia sobre la falta de visibilidad.
Está claro que el deporte femenino acapara muchas menos portadas, independientemente del resultado final de las competiciones.
En el caso del fútbol resulta especialmente flagrante porqué es el deporte rey en nuestro país, concentrando la mayor parte del total de contenido deportivo que se consume en España.
La visibilidad es muy importante porque con ella llega el reconocimiento y sobre todo, la creación de referentes. Recordemos que la mayoría de las jugadoras actuales de la selección de futbol, empezaron en este deporte en equipos mixtos. Ninguna de ellas tenía referentes en los que fijarse, personas en las que inspirarse y debían luchar constantemente contra un sentimiento interno que les decía que aquel no era su lugar.
Pero, más allá de estos aspectos que se han visto reflejados ampliamente en las entrevistas a todas las jugadoras, queda uno, que es quizás un aspecto clave y al que no se refiere con la contundencia que se merece: el presupuesto.
En España en general cuesta hablar de dinero, pensad sino cuánta gente de vuestro entorno sabe exactamente lo que ganáis o vuestro patrimonio. En la mayoría de las ofertas de trabajo no aparece el salario. No, en España hablar de dinero es tabú.
Pero, dejadme que os comparta algunas cifras.
La copa Mundial Femenina de Futbol se convirtió en competición oficial por la FIFA en el año 1991. España pese a tener una selección femenina desde 1971 no se clasificó hasta el año 2015. Es decir, tras seis ediciones.
En el año 2015, pese a que las mujeres representaban el 5% del total de las licencias deportivas de futbol, tan solo recibieron un 1% del presupuesto total de la federación. Es decir, poco más de un millón de los 125 millones que contaba el futbol en España en aquel momento.
En el 2015, el equipo no logró pasar de octavos. Cuando se entrevistó a las jugadoras, muchas lamentaron la falta de medios, que detallaban incluyendo la falta de preparación con partidos amistosos, la llegada super ajustada al país (Canadá en aquel entonces) con la consiguiente falta de aclimatación y jetlag, no disponer de análisis de los rivales ni de la preparación adecuada antes de los partidos.
En 2019, se repite la historia y caemos en octavos de final ante EEUU, quién finalmente se alzaría con la copa en la final.
Este año, en 2023, 8 años después el equipo femenino Español, gana la final. ¿Qué es lo que ha cambiado?
Pues para empezar el presupuesto. En primer lugar, la federación española de futbol en general ha incrementado substancialmente el presupuesto total, doblando ampliamente los 125 millones de 2015, llegando a obtener 382 millones para este año. El futbol femenino ha pasado de tener un millón a tener un presupuesto cercano a los 25 millones. Es decir, hemos pasado de un 1% a un 6,5% del presupuesto total de la federación. Mucho mejor, aunque sigue sin ser proporcional al total de mujeres y niñas federadas, que hoy en día superan el 23% del total de las licencias deportivas. Y eso sin referentes… ¡auguro que en breve vamos a tener muchas más niñas!
Está claro que la dotación de un presupuesto permite llegar a resultados. Ahora el reto será mantenerlos y conseguir incrementar los éxitos deportivos en las próximas competiciones que están por venir.
El equipo femenino de la selección actual está formado por mujeres extraordinarias, que, desde niñas, llevan invirtiendo en este deporte de forma personal. Y ni de lejos, es el futbol femenino, el deporte con menos medios en nuestro país. En España, el deporte base y muy especialmente el de las disciplinas de deportes minoritarios como por ejemplo el Waterpolo, está sustentado por el esfuerzo personal de entrenadores, niños y niñas deportistas, y los familiares que los acompañamos a los entrenos y a los partidos en horario intempestivo cada fin de semana y sufragamos todos los costes asociados.
En la mayoría de los casos, los clubs reciben subvenciones insuficientes para mantener las escuelas base de donde deberían salir nuestros medallistas.
En el mundo empresarial sucede exactamente lo mismo. Si miras a tu alrededor, podrás detectar personas y equipos que sin recursos lanzan proyectos disruptivos e innovadores. Consiguen grandes resultados y sacan horas de sus otras responsabilidades para implementar y desarrollar nuevas iniciativas.
Con el presupuesto y los recursos adecuados, no solo les damos reconocimiento y visibilidad, sino que invertimos en las personas que más contribuyen al éxito, a la rentabilidad y a la sostenibilidad de la empresa.
Sin presupuesto, pese a la motivación y autonomía, les invitamos a buscar otro lugar donde su dedicación, compromiso y calidad de ejecución no requiera ese alto coste personal.
Si quieres resultados sostenibles, invierte en tus equipos, en su capacitación y en darles el presupuesto que necesitan para costear los recursos necesarios de sus proyectos. Quizás los resultados no sean inmediatos, pero tarde o temprano, gracias a esa inversión llegarán las medallas.