Transformación Organizacional y escalabilidad: las 2 caras de una misma moneda

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Para que podamos hablar de un proyecto de transformación organizacional, éste debe ser único, integrado y con un alcance total a nivel organización. Lo que llamamos “transformación” debe ser una iniciativa en sí misma, con el alcance que ello implica.

Esto no significa que todo se trabajará en forma simultánea pero sí que debe existir una orquestación del proyecto que implique decisiones trascendentales y coherentes, esfuerzos unificados, visiones alineadas y el compromiso definitivo de muchos en una sola dirección a corto, mediano y largo plazo.

Pero a veces, el inhibidor más fuerte del cambio es la dificultad para lograr este alineamiento.

Estrategias para lograr una base sólida para la transformación:

  • asegurar que el proyecto tenga el sponsoreo necesario,
  • involucrar a los diferentes actores claves o grupos de interés en el despliegue para asegurar el ecosistema de colaboración que se necesita,
  • trabajar fuertemente con los mandos medios para poner el cambio en sus manos, ya que suelen ser ellos el verdadero motor de las transformaciones,
  • desarrollar un plan para la transformación con equipo, metodología, estrategia y acciones orquestadas a corto, mediano y largo plazo,
  • conseguir un primer hito.

La visión de cambio única es la base fundacional de la transformación. Sin ella, comienzan a aparecer múltiples e infinitas iniciativas disgregadas traducidas en proyectos de todo tipo que, tal vez, logren cambios con muchísimo esfuerzo pero con un costo alto. Si las iniciativas no se potencian unas a otras, no será posible alcanzar la transformación que el negocio anhela y necesita.

Cómo escalar la transformación

Una vez que comenzamos un camino orquestado, coherente y único hacia la transformación, y se consigue un primer hito significativo que demuestra que el cambio es posible, surge la necesidad de escalar el proyecto en forma exponencial y ágil.

Algunas estrategias para lograr la escalabilidad de un proyecto son:

  • sumar más gente e involucrar a quienes no estaban involucrados,
  • multiplicar los proyectos (desarrollando proyectos similares en otras áreas u otros proyectos dentro del mismo equipo),
  • definir equipos “agentes de cambio” que se conviertan en embajadores o multiplicadores de la transformación,
  • entrenar a más personas en herramientas o conocimientos necesarios,
  • desarrollar campañas creativas e interactivas de comunicación que promuevan el cambio.

Es absolutamente necesario que la escalabilidad suceda (e idealmente, lo más rápido posible). Sin embargo, es un riesgo y un error estratégico poner todos los recursos y despliegue sólo en este eje. Escalabilidad y sustentabilidad deben ir de la mano. Son dos caras de la misma moneda.