El qué y el cómo importan: Cultura corporativa

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Hace tiempo que las empresas, independientemente del sector, hemos dejado de ser solo marcas que venden sus productos o servicios; ahora tenemos un compromiso, unos valores, una filosofía de trabajo… Hemos desarrollado una cultura empresarial. La cultura corporativa o empresarial define la personalidad de una organización y su ideario, podríamos decir que se trata de un código deontológico que inculca a su equipo y comparte con sus clientes; su propósito, su misión, visión y valores. O lo que es lo mismo: su razón de ser, qué quiere, cómo lo va a conseguir y cómo se implica con sus clientes y empleados. 

Cuando un usuario, consumidor o cliente, debe escoger entre dos productos o servicios de igual calidad ¿escogería una marca enfocada únicamente al negocio o al beneficio económico? ¿o valoraría que además fuera empresa comprometida con sus empleados, con sus clientes y con el entorno? Escogería la segunda opción, de eso estoy segura. Somos una sociedad globalizada, conectados unos con otros y también con las marcas en un amplísimo tejido empresarial, con mucha oferta y competencia, lo que también nos ha vuelto mucho más exigentes y que busquemos unos valores de empresa que se acerquen a los nuestros. Esto aplica no sólo como consumidores o clientes, sino también como profesionales a la hora de buscar trabajo y formar parte de “algo más grande”.  

Toda empresa debe tomar la decisión de construir una cultura independientemente de su tamaño – de hecho, a una empresa pequeña o mediana le resultará más fácil al contar con unas relaciones internas más simplificadas – pero, desde luego, cuanto mayor es su tamaño más fundamental es tener una cultura corporativa consistente. En el caso de las multinacionales, por ejemplo, se manejan grandes volúmenes de empleados de países diferentes que, por su idiosincrasia, muy probablemente tengan conceptos culturales y sociales diferentes; un verdadero reto para la construcción de unos valores corporativos afines y coherentes en comunidades que son heterogéneas entre sí. Toca buscar sinergias.  

Apostar por situar a las personas en el centro de cualquier estrategia será un acierto en todas las sociedades:

Unos valores corporativos de actitud positiva y confianza en los equipos, de compromiso con el bienestar de las personas, o fomentar entornos colaborativos, son “territorios comunes” que consiguen aunar a todos bajo una misma filosofía que facilita la interacción.

Valores bien definidos, sencillos, claros, bien comunicados y con trascendencia en las acciones del día a día para que tenga calado en todos los que forman parte de la empresa. 

Es importante definir las bases de cualquier cultura corporativa desde el principio e ir construyéndola poco a poco. Se puede ir ajustándola para adaptarla a los nuevos tiempos o prioridades de la compañía, pero siempre debe ser coherente y consecuente con el modelo de negocio y los objetivos de la organización para que todo fluya de manera coordinada, orgánica, y saber comunicarla tanto interna como externamente de manera eficaz. Entre otros beneficios, unos valores corporativos asentados y asimilados contribuyen a la integración de los trabajadores, a construir un sentimiento de pertenencia que hace al equipo trabajar de manera colaborativa y aunar esfuerzos para conseguir cualquier meta establecida.  

El beneficio económico ya no es el único valor importante y ahí es donde entra la cultura corporativa, aunque sus resultados son algo más complicados de cuantificar y algunos objetivos hay que analizarlos a largo plazo.  

Cualquier organización tiene mucho que ganar con una cultura empresarial sólida. Gracias ella, los clientes se sienten identificados y establecen relaciones que superan lo estrictamente comercial; por su parte, los trabajadores se encuentran más cómodos y motivados al conocer la ética corporativa y lo que se espera de ellos. Una empresa con valores y con una cultura marcada, consecuente, y constante obtendrá un mejor rendimiento de equipo y reputación, lo que indudablemente conduce al éxito y a un futuro mejor.